MP3 y audífonos: negocios paralelos

Ayer fui a comprar unas gafas, y el óptico que me atendió me explicó que todo el personal de la cadena está preparándose para poder atender a las personas con problemas de audición. Su previsión es que cuando la generación del MP3 llegue a una cierta edad, la demanda de audífonos se va a disparar. De hecho, ya tienen muchos clientes de la generación Walkman, pero el éxito del iPod ha hecho que sus expectativas se incrementen de forma escandalosa. Me enseñó unos audífonos de diseño que van a romper con la barrera estética que existe en la actualidad. De formas triangulares y con pintura metalizada, su idea es que los jóvenes lo vean como un gadget con el que van a la moda y a juego con su MP3. Al final bromeamos sobre las advertencias legales de las cajetillas de tabaco aplicadas a un lector de MP3: "Este dispositivo puede dejarte sordo". De hecho, en la documentación de estos aparatos ya se especifica que deben ser utilizados con un volumen moderado. Incluso la PSP lleva un limitador para que el nivel de audio no supere una franja de decibelios que pueda ser perjudicial. Por suerte, en este caso no existe una figura equivalente al fumador pasivo y cada uno puede asumir su propio nivel de riesgo.