Al hilo de lo comentado en mi anterior post, hoy me toca a mi airear intimidades a través de la red. Este domingo comentaba con mis padres las noticias que van apareciendo sobre la búsqueda de familiares fallecidos durante la Guerra Civil. Una vez más le pedí a mi madre que contara lo que sabía de mi abuelo, al que a pesar de los detalles y la certeza de su muerte, siguió esperando durante toda su infancia. Mi abuelo Manuel estaba en un pozo de tirador, en medio de los campos de secano que había entre Pira y Sarral, en la provincia de Tarragona. Un compañero fue a pedirle un cigarrillo y mi abuelo le dejó la petaca. En ese momento se produjo un ataque con obuses y el compañero tuvo que volver a su trinchera. Cuando fue a devolverle la petaca, mi abuelo había muerto. La orden de retirada fue inmediata y no hubo tiempo para nada más. Mi madre nunca olvidará el día en que ese soldado fue a su casa a entregar la petaca a mi abuela.
Bien Javier, buen comentario.